martes, 14 de febrero de 2012

WAR HORSE EL CABALLO QUE UNE SENTIMIENTOS



Esta adaptación teatral, a su vez basada en un libro juveni, ha sido llevada al celuloide por STEVEN SPIELBERG enmarcada en un tono propio y personal que se hace ostensible en cada plano de WAR HORSE esta bella y a la vez triste fábula que puede contentar , tanto al público más joven como al espectador adulto que es consciente del niño que lleva en su interior y que florece con el estado modificado de conciencia al que le acopmpañan los personajes de esta historia de carácter emotivo y sensorial.
Y teniendo en cuenta al SPIELBERG más autoral , que lleva cualquier universo a su terreno identificativo, nos manifestará como ha hecho en otras ocasiones, el frágil trasvase en el ser hummano entre un mínimo rasgo negativo al súbito y amplio matiz más positivo que pueda demostrar cualquier personaje de su película. Y lo logra de una forma tan convincente y enfática que cada uno de los espectadores que aparcaron su pragmatismo y escepticismo antes de pasar por taquilla, se sienta partícipe de cada detalle humanista que contemplen sus ojos y atraviese su corazón. En eso ,el director californiano es un especialista sin competidor alguno en la industria del entretenimiento cinematográfico que busque emocionar con sacarina y con dignidad, sin caer en el paroxismo ni el rídiculo, y él es consciente gracias a la colaboración de su equipo habitual , que aquí brilla como es habitual, en especial la magistral y épica fotografía del gran JANUSTZ KAMINSKY, la habilidad acostumbrada de MICHAEL KHAN en la edición y como no, ese DIOS del subrayado emotivo de calidad que es el gigantesco octogenario JOHN WILLIAMS, posiblemente el mejor compositor de cine de toda la historia.
Es obvio que el receptor preparado y concienciado no se va a sentir decepcionado; se verá atrapado con esta bella sintonía de imágenes que recorren ingénuamente, pero con voluntad de sensibilzar, la relación fraternal y de amor entre un joven adolescente y un caballo llamado JOEY que, alejado del chico por circunstancias referentes al conflicto bélico de la 1ª guerra mundial, irá deambulando de un bando a otro, mientras inicie amistad con otro equino, y mientras el chico, ayudado por sus proletariados y rurales progenitores, mantendrá siempre la esperanza de poder volver a reencontrarse con el caballo protagonista.
Si se dejan llevar por la poesía de sus imágenes y los estudiados diálogos del film, disfrutarán con una forma de rodar que ya pocos cineastas utilizan, lamentablemente. Mientras escuchamos sinceras frases como la del personaje de PETER MULLAN cuando ,tras una frustada decisión que les entristece, le comenta s su esposa ( inmensa EMILY WATSON) que ; "algún día dejarás de quererme y no te lo reprocharé" a lo que ella replica; "te odiaré más pero nunca dejaré de quererte menos", observaremos como SPIELBERG respeta y poetiza la profundidad de campo con la brillantez y efectividad que ya dignificaban los expertos en este estilo de lenguaje cinematográfico como WILLIAM WYLER, ORSON WELLES o JOHN FORD en el mejor cine clásico del que es deudor , sin duda alguna, el realizador de E.T. Y nos encanta ,ya cansados de tanto enfoque y desenfoque del cine actual rodado por cineastas aburridos y desangelados, que alguien con su poder, nos vuelva a recordar la grandeza que siempre tuvo el séptimo arte,
No se equivoquen, SPIELBERG no es FORD, no tiene su sencillo sentido del humor, el del cineasta de TIBURÓN es más propio de clase media , no es menos brillante, pero si mucho más sutil.
Entren en esta especie de road movie equina y bélica de doble sentido direccional y disfruten de una auténtica obra maestra. STEVEN sigue en forma y más prolifico que nunca, aprovéchenlo amigos.

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